LOGROÑO, 17 Ago.

Bruno Aguado, un joven de 21 años, ha decidido dar un giro inesperado a su vida al trasladarse a la tranquila localidad de San Millán de la Cogolla, en La Rioja. A diferencia de la mayoría de los jóvenes de hoy en día, Aguado ha optado por una vida más pausada y solitaria en el entorno rural, donde se siente plenamente a gusto.

En una entrevista con Europa Press, Aguado reveló que dejó atrás sus estudios y su vida en Logroño para ayudar a su padre y hermana en el bar 'Tentempié' de San Millán de la Cogolla.

Este cambio abrupto, de la bulliciosa capital riojana con más de 150.000 habitantes a la pequeña localidad con poco más de 200 vecinos, ha sido para él una oportunidad de encontrar su lugar en el mundo.

Según Aguado, el proyecto del bar era una idea que llevaba tiempo rondando la mente de su padre y hermana, y cuando se presentó la oportunidad de hacerse cargo de él, no dudaron en aceptar el reto.

El joven empezó a trabajar los fines de semana en el bar y rápidamente descubrió que se sentía pleno y realizado en ese entorno. Decidió entonces dejar sus estudios y dedicarse por completo al negocio familiar.

Aunque el cambio fue significativo, Aguado asegura que se adaptó con facilidad a su nueva vida en San Millán de la Cogolla. La cercanía de sus familiares y la cálida acogida de los vecinos del pueblo le hicieron sentirse en casa desde el principio.

Para Aguado, la soledad del pueblo tiene un significado positivo, ya que le brinda la tranquilidad y el espacio para estar consigo mismo cuando lo necesita. Sin embargo, también reconoce que echa de menos la compañía de sus amigos en Logroño.

A pesar de las diferencias con la vida en la ciudad, Aguado está convencido de que ha tomado la decisión correcta al quedarse en San Millán de la Cogolla. Su plan a futuro incluye estudiar forestales en Jaca y trabajar como guarda forestal en la zona para contribuir a dar vida a los pueblos rurales de La Rioja.