La Primera Guerra Carlista, también conocida como la Primera Guerra Civil Española, tuvo lugar entre 1833 y 1840. Este conflicto armado se desencadenó a raíz de la muerte de Fernando VII, monarca absolutista de España, y la disputa por la sucesión al trono entre su hija Isabel II y su hermano Carlos María Isidro de Borbón.
Tras la muerte de Fernando VII en 1833, su hija Isabel II fue proclamada reina de España. Sin embargo, su tío Carlos se declaró como el legítimo heredero al trono, desencadenando así una guerra civil que dividió a España y a La Rioja en particular.
La principal causa de la Primera Guerra Carlista fue la lucha por el poder entre los partidarios de Isabel II, conocidos como liberales, y los partidarios de Carlos María Isidro, llamados carlistas. Los liberales defendían un sistema político más progresista y de corte constitucional, mientras que los carlistas abogaban por la restauración del absolutismo monárquico.
Otra causa importante fue la profunda división social y política que existía en España en aquel momento. La crisis sucesoria tras la muerte de Fernando VII exacerbó las tensiones entre los diferentes grupos políticos y sociales, dando lugar a un conflicto armado que se prolongó durante varios años.
La Primera Guerra Carlista tuvo un impacto significativo en La Rioja, ya que la región se convirtió en escenario de numerosos enfrentamientos entre los bandos en conflicto. Las localidades riojanas sufrieron saqueos, incendios y otras atrocidades durante la contienda, lo que causó un gran sufrimiento a la población local.
Los carlistas, liderados por Carlos María Isidro, contaban con el apoyo de gran parte de la nobleza, el clero y los sectores más conservadores de la sociedad. Por su parte, los liberales, bajo el mando de destacados líderes como Baldomero Espartero, luchaban por mantener el control del gobierno y defender la legitimidad de Isabel II como reina de España.
La Primera Guerra Carlista tuvo graves consecuencias para La Rioja y para el conjunto de España. La región sufrió importantes pérdidas humanas y materiales durante el conflicto, y la economía local se vio gravemente afectada por la inestabilidad política y la violencia que caracterizaron la guerra.
Además, la guerra dejó profundas divisiones en la sociedad española, que perdurarían durante décadas y alimentarían futuros conflictos políticos. La lucha entre liberales y carlistas marcaría el devenir político de España en el siglo XIX, con repercusiones que se mantienen hasta la actualidad.
En definitiva, la Primera Guerra Carlista fue un episodio trágico en la historia de La Rioja y de España, que dejó un legado de división y sufrimiento en la memoria colectiva de los españoles.