LOGROÑO, 13 de octubre.
Esta semana, los embalses de La Rioja enfrentan una preocupante disminución de su capacidad, situándose en un 37,7 por ciento, una notable caída respecto al 39,9 por ciento del informe anterior. Este descenso es un recordatorio urgente de la realidad hídrica en la región, que sigue sufriendo las consecuencias del cambio climático y la gestión del agua.
De acuerdo con el más reciente informe de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), la situación de los embalses varía considerablemente. Mientras el embalse de Pajares se encuentra al 55,5 por ciento de su capacidad, el de González Lacasa apenas alcanza el 21,6 por ciento. A su vez, el embalse de Mansilla muestra una capacidad del 34,9 por ciento, lo que refleja la innegable tensión en los recursos hídricos de la zona.
Analizando más de cerca, el embalse de Mansilla, que puede albergar hasta 67,7 hectómetros cúbicos, registra actualmente 23,6 hectómetros cúbicos. En la última semana, ha perdido 1,24 hectómetros cúbicos y, comparado con el año pasado, la cifra es aún más alarmante, con una disminución de 6,80 hectómetros cúbicos.
El embalse de Pajares, con una capacidad de 35,2 hectómetros cúbicos, presenta un volumen de 19,5 hectómetros cúbicos, lo que equivale al 55,5 por ciento de su capacidad. Sin embargo, esta cifra ha disminuido en 0,78 hectómetros cúbicos desde hace una semana, aunque se muestra un incremento de 3,79 hectómetros cúbicos en comparación con el mismo periodo del año anterior.
Por último, en el caso del embalse de González Lacasa, que tiene una capacidad total de 32,9 hectómetros cúbicos, actualmente cuenta con 7,1 hectómetros cúbicos, lo que representa apenas el 21,6 por ciento de su volumen. Este embalse ha visto una reducción de 0,21 hectómetros cúbicos en la última semana y una alarmante pérdida de 4,24 hectómetros cúbicos en comparación con el año pasado.
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