El arzobispo de Valladolid y líder de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello García, ha planteado una visión inquietante sobre el estado del cristianismo en Europa, caracterizándolo como una etapa de transición hacia una renovación espiritual. En sus declaraciones, Argüello afirmó que la Iglesia atraviesa lo que él denomina una época "pre", sugiriendo que es un momento propicio para la reinvención y la reflexión sobre el papel de la fe en la sociedad contemporánea.

Estas reflexiones se pronunciaron en el marco de una conferencia titulada '¿Cristianismo hoy? Una reflexión sobre la fe y la sociedad actual', organizada por La Bitácora XXI en Logroño. Durante su intervención, el arzobispo señaló la creciente distancia entre el cristianismo y la vida pública, así como un notable cambio en los valores sociales que tradicionalmente se han vinculado con la religión.

Argüello subrayó la importancia de ofrecer una "mirada contemporánea" sobre lo que significa ser cristiano en la actualidad, vinculando esta identidad a las enseñanzas de Jesucristo y la necesidad de permanecer fieles al Evangelio. En su análisis, planteó que ser cristiano hoy requiere abrazar una vida en comunidad y ver la existencia como una vocación que va más allá de lo personal.

El arzobispo también reflexionó sobre la privilegiada situación del cristianismo en otras partes del mundo. Aseguró que, mientras que en Asia y África la Iglesia experimenta un crecimiento notable, en Iberoamérica se mantiene firmemente, en contraste con la situación en el mundo occidental, donde se enfrenta a retos significativos a pesar de un resurgimiento de interés por la espiritualidad en la población.

Durante su intervención, Argüello destacó las inquietudes de la juventud, especialmente de aquellos alrededor de los 20 años, quienes buscan respuestas en medio de un contexto social que les resulta abrumador. Este fenómeno, según él, representa una oportunidad para que la Iglesia se acerque a estos jóvenes que buscan dirección y significado.

Aunque la Iglesia sigue mostrando una tendencia al alza en términos globales, Argüello advirtió que en Europa los números enfrentan un notable descenso. Este declive, argumentó, se debe en parte a la predominancia de una cultura que enfatiza la libertad individual y la autonomía, la cual, aunque valiosa, puede ser percibida como un obstáculo frente a los principios del Evangelio, que abogan por la conexión y el amor al prójimo.

El arzobispo concluyó señalando que, a pesar de la aparente lejanía de la Iglesia en esta sociedad contemporánea, existe una búsqueda genuina de significado y comunidad que podría abrir espacios para una revelación del mensaje cristiano. Afirmó que no todos los que buscan necesariamente querrán encontrar a Jesús, pero sí hay una disposición en muchos para escuchar la propuesta cristiana, lo que requiere que los seguidores de Cristo se atrevan a salir de su zona de confort y llevar su mensaje de manera valiente y humilde.

Finalmente, ante la pregunta sobre si realmente vivimos en una era “post-cristiana”, Argüello reflexionó sobre el uso frecuente del prefijo "post" en diversas áreas del pensamiento contemporáneo. Propuso que, en lugar de considerar este tiempo como post-cristiano, deberíamos entenderlo como un período "pre" en el que se abre la posibilidad de un nuevo renacimiento y una propuesta renovada para la espiritualidad en la sociedad actual.