Logroño, 11 de junio. En una emotiva celebración que hace eco de la historia y la identidad colectiva, el alcalde Conrado Escobar ha entregado los tradicionales ‘Banderazos’ durante las festividades del Voto de San Bernabé, recordando el histórico asedio de 1521. Este año, Escobar ha centrado su mensaje en los más jóvenes de la ciudad, a quienes ha definido como “el futuro”, así como en la importancia de la cultura y la defensa de los derechos humanos en Europa.

El acto, que tuvo lugar el pasado miércoles, reunió a numerosas autoridades y ciudadanos en una procesión en honor a San Bernabé. Entre los asistentes se encontraban el presidente del Gobierno de La Rioja, Gonzalo Capellán; la presidenta del Parlamento regional, Marta Fernández Cornago; y la delegada del Gobierno en La Rioja, Beatriz Arraiz, acompañados de la corporación municipal.

Durante la procesión, que recorrió emblemáticas calles del centro de Logroño, el alcalde ofreció los ‘Banderazos’ en puntos significativos como el Arco de San Bernabé, Cuatro Cantones y la Puerta del Revellín. Su primer gesto fue dedicado a los niños y niñas presentes, a quienes animó a soñar en grande sobre el futuro de la ciudad, simbolizando su esperanza y su influencia en la comunidad.

Cientos de logroñeses se congregaron para presenciar el desfile, que incluyó una alegre mezcla de danzas populares, comparsas de Gigantes y Cabezudos, y música tradicional. Diversos grupos locales, como la Escuela de Jotas de La Rioja y Aires de Rioja, engalanaron este evento cultural, que es un punto de encuentro de la identidad local.

El recorrido también hizo una breve pausa en la Cocina Económica y en el hospital provincial, antes de llegar a Cuatro Cantones. Allí, el alcalde hizo referencia a la cultura como un elemento vital para la libertad y el espíritu de la ciudad, resaltando la riqueza literaria, teatral y artística que enriquece la vida de Logroño.

En sus palabras, Escobar reafirmó el valor de la cultura, sosteniendo que “si nos falta, nos falta la vida”, y dedicó el segundo Banderazo a esa diversidad cultural que nos nutre. La procesión continuó por el casco antiguo, donde se hizo un alto para compartir un vino regional, creando lazos entre la tradición gastronómica y el sentido de comunidad.

Frente al Parlamento de La Rioja, el Grupo de Danzas de Logroño animó a los asistentes con sus bailes, mientras el obispo Santos Montoya ofrecía la bendición del Pez, Pan y Vino. Este gesto simboliza no solo la unidad, sino también el reconocimiento de las tradiciones que alimentan el alma colectiva de la ciudad.

El tercer y último Banderazo tuvo lugar en la estratégica Puerta del Revellín, a la que el alcalde se refirió como un símbolo de conexión histórica y cultural. Con un marcado énfasis en la unión con el Camino de Santiago, Escobar hizo un llamado a una Europa que valore a sus agricultores, los pilares de la alimentación y la sostenibilidad en la región.

Con entusiasmo, la comunidad celebró el último acto de esta festividad, que incluyó la distribución de entre 26.000 y 29.000 raciones de Pan, Pez y Vino por parte de la Cofradía del Pez, asegurando así que el espíritu del Voto de San Bernabé siga vivo en cada rincón de Logroño.