LOGROÑO, 27 de octubre.

El caso de la trágica muerte en Los Lirios ha tomado un giro crucial con el testimonio de los especialistas del servicio de criminalística del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, que forman parte del Ministerio de Justicia. Según su análisis, la víctima presentaba una herida profunda en el cuello, causada por un objeto cortante, lo que se relaciona con el cuchillo que fue hallado en la escena del crimen; este tipo de heridas han sido definidas como "degüello".

Los expertos han señalado que aunque este tipo de lesiones pueden ser indicativas de un intento de suicidio—dada la presencia de múltiples cortes adicionales en el cuerpo—no pueden descartar la posibilidad de homicidio en este caso oscuro.

Además de la herida en el cuello, el cuerpo de la mujer presentaba otras cinco heridas: cuatro en el tórax y una en el abdomen, todas igualmente compatibles con las características del cuchillo que fue remitido para su análisis por los profesionales en el Instituto de Madrid.

El juicio contra A.E.M., quien está acusado de asesinato con alevosía por la presunta muerte de su esposa el 13 de octubre de 2020, se reanudó este lunes. Se alega que el hombre mató a su pareja tras enterarse de que ella deseaba divorciarse.

Un aspecto relevante de este caso es que, en el momento de los hechos, el acusado se encontraba en Burgos ayudando a su hijo en la vendimia. Sin embargo, el Ministerio Fiscal sostiene que la noche del crimen, A.E.M. se trasladó en coche a Logroño, donde tuvo una acalorada discusión con su esposa que culminó en su asesinato, para luego regresar a su localidad en Burgos.

El Fiscal y la Acusación han solicitado una pena de 22 años de prisión para el acusado, mientras que la defensa rechaza todas las imputaciones que se han formulado en su contra.

La primera semana del juicio se centró en informes de la Policía Nacional y declaraciones del entorno de ambos, pero los días venideros -se prevé que el juicio continúe hasta el 31 de octubre- se concentrarán en las pruebas periciales presentadas.

Los expertos del Instituto Nacional de Toxicología han declarado a través de videollamada que su labor consistió en el análisis de muestras proporcionadas por el médico forense. Estas incluyeron fragmentos de piel de la víctima, en su mayoría del cuello, prendas de vestir (camiseta y pantalón de pijama) y el arma blanca. También se recogieron muestras del tórax y abdomen, donde se identificaron cinco heridas.

Además, se ha constatado que la camiseta de pijama tiene “agujeros compatibles con el uso del cuchillo”, lo que sugiere que las heridas se produjeron con la ropa puesta, según han aclarado los expertos.

Un equipo separado del Instituto de Toxicología ha estimado que la muerte de la mujer de 56 años ocurrió entre 18 y 22 horas antes de que el médico forense recogiera la primera muestra el 13 de octubre a las 23:00 horas, descartando la posibilidad de que el suceso ocurriera alrededor del mediodía, tal como se había señalado en otras instancias del juicio.

En respuesta a las preguntas del Ministerio Fiscal, los especialistas confirmaron que, tras el análisis, no se encontraron rastros de alcohol, drogas ni sustancias tóxicas en el cuerpo de la víctima.

Asimismo, los profesionales del laboratorio de Biología han aportado información sobre el análisis de ADN realizado sobre un cabello hallado en las cercanías del cuerpo de la víctima, indicando que "solo hemos obtenido dos perfiles genéticos, ambos de la víctima", y en relación al cabello, hay "un perfil genético femenino que permanece anónimo".