LOGROÑO, 24 de octubre. En el marco del juicio por el presunto asesinato de Á.E.M. a su esposa el 13 de octubre de 2020 en su hogar en Los Lirios, su hermana ha salido a defender su inocencia. Según su perspectiva, la relación entre la pareja era armónica y llena de respeto: "Nunca he sido testigo de ningún desprecio por parte de mi hermano hacia ella, ni viceversa. En ningún momento me mencionó que pensara en separarse". Este argumento cuenta con el respaldo del círculo cercano del acusado, quienes lo describen como un matrimonio común y sin conflictos notorios.

Durante su testimonio ante el tribunal, la hermana también resaltó las escasas relaciones que la víctima mantenía con su propia familia, comentando que su vínculo era "muy limitado" y, en ciertos casos, inexistente. Agregó que su cuñada sufría por esta distancia familiar y se sentía "muy sola", en contraposición a lo que sus ocho hermanos habían afirmado previamente respecto a la cercanía que ellos compartían.

La sesión de este viernes marca la quinta jornada del juicio en la Audiencia Provincial, donde se juzga a Á.E.M., acusado de asesinato con alevosía. La Fiscalía, junto con la acusación, ha demandado una condena de 22 años de prisión, mientras que la defensa mantiene su férrea negación de los cargos.

Un testigo particularmente significativo fue la pareja del hijo del matrimonio, que vive en Gumiel de Mercado, Burgos. Ella ha ratificado la versión de su pareja al señalar que debido a la antigüedad de su casa, "es prácticamente imposible que alguien se desplace sin que se escuche algo".

Además, aludió al vehículo que el acusado habría utilizado la noche del suceso, que se encontraba estacionado "bajo la ventana del dormitorio" de su hogar, y afirmó que sería "imposible" que hubiera salido y regresado sin que se percibiera el ruido del motor.

En el transcurso de los acontecimientos, el procesado se encontraba en Burgos colaborando con su hijo en la vendimia. Sin embargo, la Fiscalía sostiene que esa noche, el acusado se trasladó a Logroño, donde discutió con su esposa al enterarse de que ella deseaba iniciar el proceso de divorcio, lo que culminó en su trágica muerte antes de regresar nuevamente a Burgos.

La pareja del hijo del acusado expresó que, en ese período, desconocía el estado de la relación entre los esposos, ya que la víctima "visitaba poco el pueblo". También refirió que los hermanos de la mujer apenas compartían ocasiones familiares, como las celebraciones navideñas, e incluso habían sido vistos en encuentros casuales sin saludarse.

En otro testimonio, una amiga cercana de la víctima y familiar del acusado enfatizó que, a lo largo de su amistad, nunca había recibido insinuaciones sobre un posible divorcio. "No los vi discutir en ninguna ocasión. Él siempre estaba pendiente de ella y viceversa", indicó, añadiendo que incluso se preocupó por su salud, adaptando el baño para su comodidad tras una lesión grave en la espalda.

Para concluir, varios primos del acusado reiteraron que la relación entre él y su esposa era positiva. "Ella nunca mostró descontento. Eran una pareja normal en todos los sentidos", concluyeron, ofreciendo un relato que se suma a la defensa que se erige alrededor del acusado en esta difícil situación judicial.