24h La Rioja.

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"Imponer el retiro del velo también es coacción, no libertad."

Una estudiante del IES Práxedes Mateo Sagasta en Logroño ha decidido alzar su voz en defensa de su derecho a llevar velo, presentando un impresionante total de 11.227 firmas a la Consejería de Educación. Eman, de 17 años, fue expulsada el pasado 15 de septiembre por usar un hiyab, lo que ha desatado un intenso debate sobre la libertad religiosa y la expresión individual en los centros educativos.

La joven, que aspira a estudiar Derecho tras finalizar su Bachillerato Internacional, destacó en su intervención pública cómo esta situación le ha traído un profundo sentido de humillación. “Me dicen que llevar el velo es una imposición, pero ¿no es igualmente una obligación que me pidan que me lo quite?”, cuestionó Eman ante las cámaras, reflejando su lucha personal y su deseo de ejercer su elección libremente.

Con un fuerte compromiso por su fe y libertad, la estudiante llegó a la Consejería con una caja llena de firmas recogidas a través de la plataforma Change.org. Al entregar la petición, Eman reafirmó su voluntad de ser dueña de sus decisiones: “Déjame ponerme el velo por mi propia voluntad y quitármelo también cuando lo desee”, sostuvo, apoyándose en los principios de la Constitución española que garantizan tanto la libertad religiosa como la libertad de expresión.

Eman subrayó que España, como estado laico y democrático, debería honrar y proteger su derecho a llevar el velo, algo que considera fundamental para su identidad. Explicó que la dirección del instituto argumenta que su reglamento interno prohíbe el uso de cualquier tipo de cobertura en la cabeza, sin distinciones, y denuncia que esta normativa ignora las diferencias culturales y personales, al poner en la misma balanza un hiyab y un gorro o una capucha.

Entre las justificaciones que esgrime el centro, se encuentra la preocupación por la identificación de los alumnos en situaciones críticas o en exámenes. Sin embargo, Eman ha respondido a estas justificaciones, resaltando que las medidas de seguridad deberían ser adaptables y no deben sacrificar la libertad individual.

Por otro lado, la dirección del centro ha calificado el uso del velo como un “sesgo de género”, argumento que Eman rechaza, defienden que su uso es una forma de libertad personal que debería ser respetada. La estudiante reveló que, durante la reunión con la directora el día de su expulsión, se le advirtió que el incumplimiento repetido de las normas podría resultar en su expulsión del Bachillerato Internacional.

Lejos de rendirse, Eman ha decidido utilizar esta experiencia para visibilizar su lucha y la de muchas otras personas que se encuentran en situaciones similares. “No estoy sola en esto, y no permitiré que se ignore mi voz solo porque dicen que soy una minoría”, concluyó, marcando el inicio de una campaña que busca el respeto a la diversidad y a los derechos de todos los estudiantes en el sistema educativo español.