Inicio de la vendimia revela una reducción histórica en la producción de uva, superando las expectativas.

La llegada de un respiro climatológico ha sido recibida con entusiasmo en la Denominación de Origen Calificada (DOCa) Rioja, justo al inicio de la temporada de recolección de uvas. Este cambio en el clima, que marca el fin de una intensa ola de calor, se presenta como un alivio crucial para los viticultores, facilitando el proceso de maduración de la uva.
En la jornada de hoy, 18 de agosto, el comienzo de la vendimia ha revelado una preocupante reducción en la cantidad de uva recolectada, según ha indicado Abel Torres, gerente de la Cooperativa de Aldeanueva de Ebro. Esta caída en la producción ha sido catalogada como "histórica" y supera las meras expectativas, con un descenso que Torres estima superior al 20% previsto inicialmente.
La cooperativa, conocida por ser una de las primeras en iniciar la recolección, comenzó sus actividades a primera hora de la mañana, específicamente a las seis, enfocándose en la cosecha de tempranillo blanco. A lo largo de esta semana, se prevé la recolección de otras variedades como verdejo y viura, incluyendo el tinto en los días venideros.
Torres ha señalado también que el contenido alcohólico de la uva está resultando ser más alto de lo esperado, un fenómeno que puede atribuirse al impacto del calor extremo. "Hemos observado que las graduaciones alcohólicas están entre 0,5 y 0,6 más de lo que anticipábamos", enfatizó.
A pesar de la notable disminución en el volumen de la cosecha, Torres se muestra optimista respecto a la calidad de la uva. Su declaración muestra un matiz esperanzador: “La calidad está presente. Aunque es pronto para valorar en detalle, enfrentamos la posibilidad de una cosecha de calidad excepcional”.
La salud de la uva es otro punto importante que ha destacado el gerente, quien se ha referido a la vendimia como “espectacular” en términos de calidad, subrayando que las condiciones secas de los últimos días han beneficiado considerablemente a las uvas.
En su primer día de recogida, se han cosechado unos 220.000 kilos de tempranillo blanco, justo cuando las temperaturas han comenzado a descender después de días de máximo calor que llevaron a la Rioja a un estado de alerta roja con temperaturas superiores a los 42 grados.
El descenso de las temperaturas ha traído consigo múltiples beneficios, entre ellos, la necesidad de enfriar menos las uvas al llegar a la bodega. "Las condiciones actuales permitirán una maduración más lenta, algo que valoramos enormemente", explicó Torres.
Las temperaturas, que ahora alcanzan los 30 grados durante el día, con mínimas que no superan los 20 por la noche, crean un entorno propicio para generar azúcar en la uva. En contraste, los días acalorados previos causaron estrés en las plantas y provocaron deshidratación en los frutos.
Por tanto, la comunidad vitícola respira aliviada con la reducción del calor, lo que no solo modifica los horarios de vendimia, sino que también permite que las plantas se recuperen tras el estrés sufrido. Como bien enfatizó Torres, "las plantas no pueden protegerse como nosotros, y es vital cuidarlas".
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