LOGROÑO, 26 de noviembre.

El caso de agresión ocurrido en una discoteca durante la noche de Reyes en 2020 ha llegado a su resolución, con el acusado aceptando una condena que, aunque le impone dos años de prisión y una multa de 320 euros, queda suspendida a condición de que no se le impute un nuevo delito en los próximos cuatro años.

La Audiencia Provincial ha llevado a juicio a N.E.D, quien estaba acusado de causar lesiones a cuatro personas con una botella rota. El Ministerio Público había solicitado una pena de tres años y medio de prisión por cada uno de los cargos graves, además de la multa mencionada, sumando un total de siete años de prisión al cargo general.

En un giro de la situación, el acusado decidió asumir la responsabilidad de sus actos, acordando un año de prisión por cada uno de los dos delitos de lesiones graves, y 320 euros de multa por los dos delitos leves, lo que ha resultado en una sentencia global reducida a dos años, siempre y cuando no reincida en el delito durante el período de suspensión.

Este acuerdo ha considerado la atenuante de reparación del daño, dado que N.E.D ha aportado 3.000 euros al juzgado para compensar parcialmente a las víctimas de su agresión.

Según el relato del juicio, el incidente se produjo en la madrugada del 6 de enero, cuando el imputado ingresó sin invitación en un área restringida de la discoteca y comenzó a agredir a un asistente, tirando de sus orejas con tal fuerza que le causó una lesión visible.

El afectado, al ver la violencia del ataque, intentó defenderse empujando a N.E.D, quien cayó al suelo junto a una cadena de oro que se le desprendió, valorada en 135 euros.

Lejos de desescalar la situación, el acusado se levantó rápidamente y trató de atacar nuevamente al agredido, pero este logró detenerlo con una patada.

Poco después, N.E.D abandonó el reservado y, a sabiendas del peligro que implicaba, tomó un vaso de cristal y una botella rota para atacar a su primera víctima y a otras dos personas que intentaron intervenir, incluyendo una cuarta que trataba de mediar en la situación.

Las secuelas de la agresión fueron graves. La primera víctima sufrió heridas visibles en ambas orejas y otras lesiones en la zona afectada. La segunda víctima tuvo que recibir atención médica para una herida en el labio que requirió siete puntos de sutura, dejando una cicatriz visible. Y un tercer agredido involucró una serie de heridas que necesitaron un total de trece puntos de sutura, acompañadas de una notable incapacidad durante su proceso de recuperación.

En medio de esta escalofriante escena, también se produjo una agresión a otra persona que al intentar intervenir sufrió una herida superficial en un dedo, aunque decidió no presentar un reclamo formal.