LOGROÑO, 29 de noviembre.

Hoy, la Cruz Roja en La Rioja ha conmemorado el Día del Voluntariado en un emotivo acto celebrado en Arnedo, donde se rindió homenaje a quienes dedican su tiempo y esfuerzo a la causa humanitaria. La Casa de la Cultura, que antiguamente albergó la Asamblea Local de la organización, se transformó en un símbolo de “la estación del tren de la solidaridad”, cargando el evento de un profundo significado. Se recordó especialmente a Carlos Cordón Bayo, una figura entrañable y esencial para la comunidad, cuyo legado perdura.

La jornada comenzó con visitas guiadas a las fascinantes cuevas de Arnedo, ofreciendo a los participantes una oportunidad para sumergirse en el riquísimo patrimonio cultural e histórico de la ciudad. Este recorrido fue el preludio perfecto para un día centrado en el reconocimiento de la solidaridad, la convivencia y el trabajo altruista de los voluntarios.

La ceremonia fue presidida por Javier Martínez-Losa, quien dio la bienvenida y destacó tanto la historia vibrante de Arnedo como la conmovedora labor de los voluntarios en la transformación social. Luego, Vicenta del Pozo, delegada Especial de Cruz Roja en Arnedo, tomó la palabra resaltando el honor de acoger el evento: "Es un motivo de orgullo que este homenaje se celebre aquí. Es crucial dar rostro y calor a quienes diariamente entregan lo mejor de sí para apoyar a los demás".

La presidenta Autonómica de Cruz Roja en La Rioja, Mª Eugenia González, enfatizó la importancia de expresar gratitud, considerándolo un principio humano esencial. "Agradecer es reconocer la belleza de la entrega desinteresada, y no hay mayor belleza que dar sin esperar nada a cambio", afirmó, añadiendo que la solidaridad "trasciende el simple término", sirviendo también para honrar a quienes ya no están y pensar en el futuro.

Durante el evento, se entregaron los emblemáticos 'Gorditos', premios que rinden tributo a la dedicación inquebrantable de los voluntarios. Este año, los galardonados fueron Emilia Marquina, Fernando Martínez-Losa, Ramoni Oyarbide, Alejandro Vallejo, José Antonio González Mazo, Jony Vigaray y Silvia Serrano de la Cuesta.

Además, se destacó la colaboración inestimable de Cáritas Arnedo, que conmemora su 60 aniversario, reconociendo su contribución a la atención de las personas en situaciones de vulnerabilidad. En esta edición, el Premio Miguel Ángel Aquesolo, que distingue un compromiso excepcional, fue otorgado a Diego Lorente Carreño.

Uno de los momentos más conmovedores fue el homenaje póstumo a Carlos Cordón Bayo, un querido voluntario y gran pilar de la Asamblea de Arnedo, quien falleció este año. Su familia recibió la Medalla de Plata de Cruz Roja Española en su honor, impuesta por la presidenta autonómica.

González recordó su legado: "Esta Medalla simboliza el cariño y el amor de toda nuestra Institución. La huella que Carlos dejó sigue viva en su familia, entre sus compañeros y en todo Cruz Roja".

La alcaldesa de Arnedo, Rosa Herce, también rindió tributo a Carlos, resaltando el aprecio general que la ciudad le tenía y el legado que deja en la Asamblea Local. En su discurso, enfatizó que la esencia del voluntariado radica en la humanidad, afirmando que "ayudar a los demás, sin importar quién sea, es el verdadero valor que sostiene a Cruz Roja y a quienes la hacen posible". La jornada culminó con un reconocimiento colectivo al voluntariado, el auténtico motor de Cruz Roja en La Rioja.

Finalmente, los asistentes participaron en un encuentro informal que promovió la creación de lazos y celebró el espíritu de solidaridad que define la jornada.