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Fiscalía y abogado particular defienden condena de 22 años para el acusado del crimen en Los Lirios: "Dio falso testimonio y manipuló evidencias".

Fiscalía y abogado particular defienden condena de 22 años para el acusado del crimen en Los Lirios:

LOGROÑO, 31 de octubre. El Ministerio Público ha mantenido su solicitud de 22 años de prisión para el individuo acusado de asesinar a su esposa en un acto que, según las autoridades, fue premeditado. Este trágico suceso ocurrió el 13 de octubre de 2020 en el hogar de la pareja en Los Lirios. Además, el Ministerio Fiscal ha planteado que la indemnización a su hijo se duplique, pasando de 50.000 a 100.000 euros.

Esta demanda de prisión es respaldada por la Acusación Particular, que representa a los ocho hermanos de la víctima. En su argumentación, han destacado que el acusado ha incurrido en varias acciones deshonestas, como mentir, alterar la escena del crimen, destruir pruebas y ocultar evidencias relevantes. En contraste, la defensa del acusado rechaza las acusaciones y, de considerar culpable a su cliente, solicita que se le aplique la atenuante de dilaciones indebidas.

Durante la audiencia, el abogado del Ministerio Público presentó su visión de los hechos, señalando que el acusado había viajado desde Gumiel de Mercado, donde se encontraba con su hijo realizando trabajo de vendimia, hasta Logroño con la intención de asesinar a su esposa, quien había manifestado su deseo de divorciarse. Luego de cometer el crimen, se habría regresado a su domicilio en Burgos, ya que, como explicó el Fiscal, el divorcio representaba un cambio desfavorable para él.

El Fiscal reconoció la falta de pruebas directas, como testimonios o imágenes, pero subrayó que esta ausencia no debe llevar a la absolución del acusado. Argumentó que la victimización se había producido en un entorno de confianza y en un espacio definido, no en un lugar público donde múltiples personas pudieran haber entrado o salido. La víctima era descrita como alguien cautelosa, a quien le costó asegurarse de que su hogar contara con medidas de seguridad adecuadas, como la instalación de llaves en todas las puertas.

Se reveló que, la noche del crimen, la víctima estaba en su hogar, en pijama, con todo cerrado y las llaves puestas. La investigación policial, como se indicó, enfrentó múltiples obstáculos al tratar de determinar lo que había sucedido, y se destacó que la naturaleza de la víctima restringía considerablemente las opciones sobre quién podría haber accedido a su hogar esa noche.

El Fiscal desestimó la teoría de que un extraño pudiera haber entrado por la mirilla de la puerta, insistiendo en que, de ser así, la víctima habría tenido que abrir la puerta de servicio antes que la principal. Además, aseguró que elementos en la escena fueron movidos o eliminados, lo que contradice la narrativa de un asalto o un robo realizado por un desconocido.

El abogado del Ministerio Público también llamó la atención sobre un dato significativo: el acusado apagó su teléfono móvil durante el tiempo crítico en el que ocurrió el crimen, lo que alimenta la sospecha de su implicación. Afirmó que el acusado había mentido a la policía en su declaración inicial.

Además, se recordó al jurado que se obtuvo ADN de la víctima que estaba presente en las uñas y manos de ella, lo cual, aunque no es concluyente, plantea cuestionamientos adicionales sobre la inocencia del acusado. La fiscalía enfatizó que, considerando el contexto y la relación de ambos, hay evidencias que no deben ser pasadas por alto.

Se reafirmó que no existe evidencia de un suicidio, ya que, según la Fiscalía, aquel día, la víctima tenía planes para una revisión de salud. Todo ello es tomado como un indicativo de la intención del acusado de ocultar la verdad sobre lo sucedido. Las menciones que el sospechoso hizo sobre un cuchillo también levantaron dudas, sugiriendo un conocimiento que solo el perpetrador podría haber tenido.

Aunque la Fiscalía lamentó no contar con una prueba irrefutable, como una fotografía o un testigo sólido, se aferró a la existencia de indicios sólidos que apuntan a la culpabilidad del acusado. Mencionaron contradicciones en las declaraciones del hijo del acusado, quien es la única persona que podría confirmar la presencia del padre esa noche.

El testimonio de un primo de la víctima también se consideró relevante, quien aseguró haber visto al acusado poco tiempo después del crimen. Los timelines de las comunicaciones y compromisos de la víctima apuntan a un crimen que debe haber ocurrido en horas tempranas de la madrugada.

Respecto a la declaración de la Acusación Particular, se argumentó que las pruebas presentadas crean un cuadro cerrado que indica claramente la culpabilidad del acusado, quien parece haber manipulado el escenario del crimen y ocultado información crucial desde el primer momento.

Finalmente, se enfatizó que el acusado busca crear coartadas y desviar la atención al negar su presencia en la bodega donde fue visto la mañana siguiente al crimen, lo que añade una capa más a la complejidad del caso en el que la justicia intenta encontrar la verdad detrás de una tragedia familiar.