Marcos García-Montes, abogado de la Acusación Particular en el caso del crimen del hostelero de Cuzcurrita, quien fue encontrado sin vida en su hogar el 2 de mayo de 2023, sostiene que se han visto claros indicios de encubrimiento en este trágico suceso. A su juicio, tanto la Fiscalía como el Juzgado parecen reacios a reconocer la existencia de tales encubridores.

García-Montes ha anunciado la intención de iniciar un nuevo proceso legal en Haro, en el que se presentarán acciones judiciales contra cinco personas, entre las cuales se encuentran la pareja y la hermana de los acusados. Según el abogado, estas personas han estado implicadas en el caso y desempeñan un papel significativo en los hechos investigados. En este sentido, ha solicitado que se deduzcan testimonios en su contra por el delito de falsedad en el juicio.

En su intervención, que tuvo lugar durante la última fase del juicio, el abogado destacó la vulnerabilidad de la víctima, Guillermo, quien contaba con 78 años al momento del crimen y fue atacado por dos agresores. García-Montes ha solicitado la pena de prisión permanente revisable para los acusados, enfatizando el ensañamiento que caracterizó el ataque.

El abogado ha presentado ante el jurado popular un relato contundente: sostiene que los acusados llegaron con la intención de matar y robar a Guillermo, llevando consigo guantes y esposas, lo que indica una clara premeditación. También se cuestiona cómo sabían que la hija de la víctima, Yolanda, había salido de su hogar antes de que ocurriera el ataque, subrayando elementos de alevosía en el crimen.

García-Montes ha sido crítico con la forma en que la Guardia Civil ha llevado a cabo la investigación, resaltando la aparición de múltiples comunicados entre los acusados en las horas previas al crimen, los cuales revelan un plan minuciosamente orquestado. Además, ha señalado que los posicionamientos telefónicos indican la necesidad de investigar a otras personas que pudieran ofrecer información relevante sobre el caso.

Al analizar la noche del crimen, el abogado señaló que Guillermo se encontraba en una situación de total desamparo, habiendo tomado su medicación y, por tanto, desvalidado. García-Montes enfatizó que la víctima fue sorprendida por los agresores en el momento en que abrió la puerta, lo que añade complejidad a la naturaleza premeditada y alevosa del ataque.

Desde la opción de la Acusación Particular, se plantea que los accusados tramaron un plan para cometer el delito, utilizando una coartada y posteriormente deshaciéndose de las pruebas, como cambiarse de ropa tras lo sucedido. García-Montes también ha resaltado que, a su parecer, existen más personas que deberían enfrentar la justicia, en lugar de limitar la investigación a los dos acusados principales.

En su discurso, el abogado ha querido desestimar la idea de que los acusados fueran drogodependientes, a pesar de la presencia de sustancias en su sistema dicha noche. Se destaca que no se han realizado pruebas psiquiátricas ni se ha considerado su ingreso en programas de tratamiento de adicciones.

Por último, García-Montes ha puesto en entredicho el enfoque de investigación de la Guardia Civil, acusando de que se ha trabajado de manera inductiva al centrar la atención únicamente en los dos acusados, dejando de lado a posibles cómplices que también podrían haber estado involucrados. En una declaración sobre el uso de las esposas, el abogado sostiene que se emplearon para someter a tortura a Guillermo en un intento desesperado por obtener información sobre la ubicación de su dinero.