LOGROÑO, 16 Oct. – En la jornada de hoy, Plena Inclusión ha organizado un evento técnico que pone de relieve una situación que afecta al 3% de la población: el Funcionamiento Intelectual Límite. La presidenta de la organización, Elena Soria, ha sido la encargada de abrir este debate crucial que se sitúa en un espacio ambiguo entre la neurodiversidad y la discapacidad.

Este fenómeno se caracteriza por dificultades en el desarrollo de habilidades adaptativas, tanto en el ámbito social como en la vida diaria y académica. La necesidad de un enfoque proactivo es urgente, ya que el objetivo del evento ha sido promover la visibilidad y el reconocimiento de estos desafíos, a fin de facilitar un diagnóstico temprano que procure a estas personas el apoyo vital que requieren.

Entre los participantes se encontraba el psiquiatra Ramón Novell, del Servicio Especializado en Salud Mental. Novell hizo hincapié en que la noción de capacidades trasciende el simple coeficiente intelectual; es también crucial entender las habilidades interpersonales y la gestión de la cotidianidad. Para él, quienes se encuentran en esta situación son como una figura atrapada en un "ángulo muerto", donde no se sienten completamente integrados, ni en el ámbito de la discapacidad ni en el del desarrollo pleno.

La falta de apoyo es un factor determinante que puede llevar a una minusvalía significativa, advirtió Novell. Sin políticas adecuadas que respalden a estas personas, el riesgo de padecer problemas de salud mental o de comportamientos perturbadores se incrementa notablemente. El especialista subrayó que la delincuencia, en muchos casos, está relacionada con las dificultades que estas personas enfrentan para integrarse socialmente.

De acuerdo a Novell, entre el 30 y el 40 por ciento de los reclusos tienen Funcionamiento Intelectual Límite, lo que indica que el contexto social influye en sus trayectorias. La razón fundamental detrás de estas estadísticas es la falta de soporte durante su infancia, un periodo crucial para el desarrollo de habilidades que les permitirían superar las dificultades cognitivas.

María Martín, consejera de Salud, también ha remarcado la importancia de contar con un diagnóstico temprano y la necesidad de una colaboración integral entre los distintos sectores que interactúan con estas personas. En La Rioja, se ha implementado un programa piloto llamado NERES, que involucra a los ámbitos de Educación, Servicios Sociales y Salud, y está orientado a facilitar la detección temprana de diversas dificultades. Este esfuerzo se complementa con el programa de Atención Temprana, que busca proporcionar el soporte necesario para una mejor calidad de vida.