La Universidad de La Rioja ha celebrado su Feria de Ingeniería para personas con Dependencia, en la que los estudiantes de Ingeniería Industrial trabajaron directamente con personas necesitadas para crear inventos a medida. Durante el evento, se presentaron diecisiete productos desarrollados por los estudiantes para facilitar la autonomía de personas con problemas motores en actividades cotidianas como vestirse, asearse, comer, cocinar o leer. Los estudiantes trabajaron en grupos de tres personas y emplearon diferentes tecnologías, entre ellas la impresión 3D.

Entre los inventos presentados, destaca un dispositivo para facilitar ponerse los calcetines, adaptaciones a medida para la silla de ruedas o una invención que permite a personas con parálisis cerebral poder usar la pasta de dientes. La iniciativa, fruto del Proyecto de Innovación Docente 'Flipped Classroom y seguimiento activo en un proyecto de Aprendizaje Servicio en los Grados de Ingeniería Industrial', fue coordinado por Alpha Pernía, junto a otros profesores y expertos en Terapia Ocupacional. El proyecto busca conjugar el aprendizaje activo del estudiante con el compromiso social, incluyendo habilidades blandas como el trabajo en equipo, el pensamiento crítico o la creatividad, para fomentar la empleabilidad de los futuros ingenieros.

La iniciativa contó con la colaboración del Hospital de Calahorra, la Asociación Riojana de Esclerosis Múltiple y el Centro de Referencia Estatal de Autonomía Personal y Ayudas Técnicas del Centro de Recuperación de Personas con Discapacidad Física de Lardero, que propusieron a los estudiantes casos de personas específicas que necesitan de estos ingenios. En España, se estima que más de un millón y medio de personas tienen algún grado de dependencia reconocido y necesitan algún tipo de ayuda para desarrollar su vida diaria, pero los productos de ayuda que hay en el mercado suelen ser costosos y difícilmente adaptables a cada persona. El uso de impresoras 3D permite desarrollar productos personalizados, económicos y reparables, como han demostrado los estudiantes de Tecnología de Fabricación de la Universidad de La Rioja.