Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de La Rioja, junto con colaboraciones de la Universidad de Oviedo y la Universidad de Valencia, ha revelado datos sorprendentes sobre el bienestar psicológico y la calidad de vida de los adolescentes en La Rioja. Según los hallazgos del Estudio PSICE (Psicología basada en la evidencia en Contextos Educativos), un alto porcentaje de jóvenes en esta región reporta niveles positivos en ambas áreas.

Los resultados del estudio se presentan en la publicación titulada 'Fortalezas psicológicas en la adolescencia. Resultados del Estudio PSICE en La Rioja', un compendio que cuenta con la autoría de Eduardo Fonseca Pedrero, principal investigador del proyecto, junto con sus colegas Adriana Díez-Gómez, Alicia Pérez-Albéniz y Raquel Falcó de la Universidad de La Rioja, así como Beatriz Lucas-Molina de la Universidad de Valencia y Susana Al-Halabí de la Universidad de Oviedo.

Este ambicioso proyecto de investigación ha contado con la financiación del Ministerio de Ciencia e Innovación del Gobierno de España, así como de la Agencia y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional. Específicamente, el proyecto, identificado como 'PID2021-127301OB-I00', ha recibido respaldo de entidades que buscan fortalecer el bienestar de la población juvenil a través de una atención pública y de calidad.

El principal propósito del Estudio PSICE fue examinar las fortalezas psicológicas de los adolescentes en su entorno educativo, defendiendo la idea de que los menores merecen un acceso adecuado a servicios de salud mental que sean inclusivos y oportunos.

Para llevar a cabo el trabajo de campo, se evaluaron diversos indicadores psicométricos, que incluyen el bienestar emocional, la calidad de vida subjetiva y la autoestima, entre otros. Se recopiló información de 2.235 estudiantes procedentes de 34 instituciones educativas en La Rioja, de entre 14 y 15 años de edad en promedio.

Los resultados son alentadores: un notable número de adolescentes manifestó niveles altos de bienestar emocional y satisfacción con su vida. De hecho, entre el 84% y el 90% de los encuestados se sintieron felices o positivos en la última semana, y cerca del 90% expresó un fuerte sentido de pertenencia a su centro escolar.

Adicionalmente, la mayoría del alumnado valoró positivamente el trato recibido por parte del personal docente y la calidad del clima social entre sus compañeros. Alrededor del 80% al 90% también percibió un sólido apoyo social por parte de su familia y amistades, evidenciando así un entorno propicio para su desarrollo.

En cuanto a la satisfacción personal, el 91,1% de los adolescentes se situó en una puntuación igual o superior a '5' en una escala del 1 al 10, y el 70% alcanzó puntuaciones de '7' o más. Además, un 76,5% de los participantes reportó sentirse satisfecho con su vida y un 89,5% se percibió a sí mismo con numerosas cualidades positivas.

Otro hallazgo relevante indica que el 97,2% de la población evaluada mostró conductas prosociales adecuadas. Un análisis adicional sugiere que estas fortalezas psicológicas están ligadas a un mejor rendimiento académico y tienen una correlación negativa con problemas emocionales y conductuales.

Los hallazgos del Estudio PSICE aportan una visión valiosa sobre las fortalezas psicológicas que poseen los adolescentes en La Rioja y su influencia positiva en la calidad de vida y el rendimiento en sus estudios. Esta información es esencial para que las instituciones y responsables políticos adopten decisiones informadas y basadas en evidencia.

Por ejemplo, tales conclusiones pueden ser fundamentales para optimizar la gestión de recursos educativos y de salud, así como para implementar programas de alfabetización emocional y prevención dirigido a la población juvenil.

Los autores del estudio también subrayan la importancia de eliminar el estigma asociado a la salud mental, promoviendo la formación en habilidades como la regulación emocional y estrategias de afrontamiento. En este contexto, se sugiere que los programas educativos no se centren únicamente en problemas específicos como el acoso escolar o ideaciones suicidas. En su lugar, se recomienda un enfoque más integral y positivo hacia la salud mental que involucre a todos los actores dentro de los centros educativos.