LOGROÑO, 23 de agosto. En una operación decisiva llamada 'Garnata', la Guardia Civil ha llevado a cabo la detención de tres individuos en La Rioja, vinculados a un grupo criminal itinerante que se dedica al robo de cableado de cobre. Dos de los arrestados poseen un largo historial delictivo que incluye varios delitos contra la propiedad.

Estos delincuentes lograron sustraer un total de 2.730 metros de cable de la red telefónica entre las localidades de Cabezón de Cameros y Muro en Cameros, acumulando más de dos toneladas de material, lo que ha causado estragos en la infraestructura de telecomunicaciones de la zona.

La acción forma parte del 'Plan Nacional contra el Robo de Cobre' y se ha visto facilitada por la colaboración ciudadana, que alertó sobre un furgón y un coche sospechosos en las cercanías de Jalón de Cameros.

Con base en la alerta recibida, los agentes se dirigieron al área y lograron localizar ambos vehículos circulando por la LR-245 hacia Muro de Cameros. Al intentar detenerlos, el conductor del turismo se dio a la fuga de manera imprudente, poniendo en peligro a los agentes, quienes tuvieron que esquivar el vehículo para evitar el atropello. Mientras tanto, el conductor de la furgoneta fue arrestado; llevaba consigo más de 2.000 kilogramos de cable de cobre sin poder justificar su origen lícito.

Dada la gravedad de la situación, se activó un operativo para cerrar las vías de comunicación en un intento de dar con el vehículo que había escapado y sus ocupantes. Se sumaron al operativo agentes del Equipo PEGASO, quienes emplearon drones para rastrear desde el aire las posibles rutas de huida.

Gracias a este despliegue, el turismo fue finalmente encontrado abandonado en las cercanías de Villoslada de Cameros.

En el interior del vehículo se encontraron herramientas típicamente utilizadas para el robo de cableado, incluyendo ropa de trabajo, guantes anticorte, botas, linternas frontales, cizallas, alicates y mochilas.

Las investigaciones revelaron que los dos fugitivos habían abandonado Villoslada de Cameros en un taxi, facilitando su captura en Logroño, justo cuando intentaban abordar un tren con destino a Bilbao.

Además, se descubrió que el conductor de la furgoneta no contaba con licencia de conducir válida y que el documento que presentaba era falso, lo que le suma a los cargos el delito de falsedad documental.

Los ladrones utilizaban herramientas específicas y vestimenta adecuada para cometer los robos, además de tener los conocimientos necesarios para manipular y cortar el cableado. Actuaban principalmente durante la noche y en áreas de poca visibilidad.

Para transportar el material robado, emplearon una furgoneta de alquiler, mientras que un segundo vehículo les servía como 'lanzadera', patrullando por delante para alertar sobre posibles controles policiales y facilitar su escape.