LOGROÑO, 19 de agosto. El consejero de Política Local, Infraestructuras y Lucha contra la Despoblación, Daniel Osés, se ha reunido con el alcalde de Leza de Río Leza, Juan Carlos Duarte, para formalizar un acuerdo que permitirá financiar en un 90% las obras de urgencia realizadas entre noviembre del 2024 y marzo de este año. Estas obras tienen como objetivo la reparación y estabilidad del talud en la calle Portillo, que sufrió un deslizamiento tras las intensas lluvias del agosto pasado.

El desastre natural desencadenó un importante proceso de erosión en el talud, lo que llevó al Ayuntamiento a actuar con rapidez. “La intervención fue prioritaria para detener la degradación del terreno y garantizar la seguridad de los vecinos que transitan por esta vía”, explicó Osés durante su visita a la zona, donde estuvo acompañado por Óscar León, director general de Política Local y Lucha contra la Despoblación.

El consejero también destacó el papel fundamental que juega la colaboración entre diferentes niveles de gobierno en este tipo de iniciativas, afirmando que estas acciones son esenciales para mejorar la calidad de vida de las comunidades rurales. Reiteró el compromiso del Gobierno de La Rioja con el desarrollo sostenible de los pequeños municipios de la región.

Por su parte, el alcalde Duarte expresó su agradecimiento por el incondicional apoyo recibido del Gobierno de La Rioja desde el inicio de este proyecto, resaltando la importancia de estas obras para un municipio que se enfrenta a retos geológicos significativos. “Sin este respaldo, no habríamos podido asumir el costo total de la obra”, añadió.

La ejecución de los trabajos se extendió a lo largo de aproximadamente cuatro meses y tuvo un costo total de 243.419,38 euros, de los cuales el Ejecutivo regional ha cubierto 219.077,44 euros. Esta inversión ha permitido erigir un muro de escollera de piedra, además de llevar a cabo la reurbanización de un segmento de la calle que se encuentra sobre el talud.

El muro construido alcanza una altura media de 3,2 metros y utiliza un total de 579,41 metros cúbicos de piedras pesadas, que varían entre 500 y 1.500 kilogramos. Estas piedras han sido organizadas en hiladas horizontales de hormigón, creando un diseño robusto y atractivo.

La renovación de la calle Portillo también incluyó la instalación de 410 metros cuadrados de nuevo pavimento, así como la mejora en la canalización de aguas y la restitución de servicios afectados durante la ejecución de las obras.

La complejidad de la intervención requirió el uso de un helicóptero para transportar materiales específicos, dado el riesgo potencial que representaba el despliegue de grúas de gran tamaño en la zona. Esta medida subraya las dificultades que presenta la rehabilitación de infraestructuras en áreas con condiciones geográficas desafiantes.