LOGROÑO, 31 de octubre. En el caso del crimen de Los Lirios, el acusado, quien se enfrenta a graves cargos por la muerte de su esposa el 13 de octubre de 2020 en su hogar, ha hablado en su última intervención durante el juicio. Ante el juez y el tribunal popular, afirmó: “Los únicos que sufrimos aquí somos mi hijo y yo. Yo no he hecho nada”.

Este viernes concluyó el juicio, que se ha desarrollado en nueve sesiones, contra Á.E.M. Este hombre está siendo juzgado por asesinato con alevosía, acusado de provocar la muerte de su pareja al enterarse de que ella planeaba divorciarse, tal como sostienen tanto la fiscalía como la acusación particular.

Según los alegatos presentados, los responsables del caso argumentaron que, durante los días previos al incidente, el acusado se encontraba en un municipio de Burgos ayudando a su hijo con la vendimia. Sin embargo, esa noche viajó a Logroño, donde tuvo una discusión con su esposa que culminó en un desenlace trágico. Tras el suceso, regresó al pueblo en Burgos.

Por su parte, la fiscalía y la acusación han solicitado una pena de 22 años de prisión para el imputado. La defensa, por el contrario, niega su culpabilidad y, si se llegase a dictar un veredicto de culpabilidad, pide que se considere una atenuante por dilaciones indebidas.

Además, las acusaciones han señalado que, tras examinar las pruebas, se ha constatado que el acusado “ha mentido, alterado la escena, eliminado evidencias y ocultado información”.

El abogado defensor ha sostenido la inocencia de su cliente y ha solicitado su absolución, argumentando que tanto la fiscalía como la acusación no han logrado corroborar “la prueba estrella”, es decir, el trayecto del acusado desde Gumiel a Logroño. En su opinión, esta falta de evidencia justificaba el sobreseimiento del caso en la fase de instrucción.

Después de la sesión de hoy, se espera que el juez entregue el objeto del veredicto el próximo lunes a los miembros del jurado popular, quienes, compuestos por cinco mujeres y cuatro hombres, serán responsables de determinar la culpabilidad o inocencia del acusado en este caso tan delicado.