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SATSE critica a las administraciones por evitar abordar el problema fundamental de las agresiones a los profesionales de la salud.

SATSE critica a las administraciones por evitar abordar el problema fundamental de las agresiones a los profesionales de la salud.

LOGROÑO, 12 de marzo.

En un contexto que se vuelve cada vez más preocupante, el Sindicato de Enfermería SATSE ha denunciado este miércoles que la violencia dentro del sector sanitario se está convirtiendo en un fenómeno "grave y persistente". Las autoridades sanitarias, según el sindicato, están fallando en la tarea de abordar esta problemática, que tiene sus raíces en la falta crónica de recursos humanos y materiales en el Sistema Nacional de Salud (SNS).

Al conmemorarse el Día Europeo contra las agresiones a los profesionales del sector, bajo el lema "La agresión NO es solución", SATSE resalta un tema alarmante que deja huellas profundas en la rutina de los trabajadores de la salud en todo el país.

La organización ha documentado numerosos incidentes recientes que han llevado a movilizaciones en diversas localidades de regiones como Castilla y León, Catalunya, Andalucía y Galicia. Estos casos reflejan un descontento creciente de ciertos individuos que, ante la insatisfacción por los servicios sanitarios, optan por manifestar su frustración a través de comportamientos violentos que son absolutamente inaceptables.

SATSE señala que los factores que alimentan el descontento entre pacientes y sus familias son múltiples. Estas incluyen las largas esperas en los hospitales, la falta de espacio adecuado lo que obliga a pacientes a esperar en pasillos, y la cancelación de intervenciones quirúrgicas programadas.

Además, estos problemas se ven exacerbados por el escaso reconocimiento del personal sanitario como figuras de autoridad, el poco conocimiento por parte del público sobre las tareas desempeñadas por los diferentes profesionales y un ambiente social que se caracteriza por la crispación. Todo esto crea un terreno abonado para que surjan conductas violentas, como una forma de liberar la tensión acumulada.

Uno de los temas más críticos que ha señalado SATSE es la crónica escasez de personal, que provoca que el SNS arrastre una "precariedad persistente".

El sindicato subraya que la solución no radica en normalizar las agresiones, sino en dotar a los centros sanitarios y sociosanitarios de suficientes profesionales que puedan atender las necesidades de cuidado de los pacientes de manera oportuna y segura.

"Si el presupuesto destinado a Sanidad ha sufrido recortes durante años y apenas aumenta, es comprensible que los problemas se multipliquen, creando un entorno propenso al descontento tanto entre pacientes como entre sus familiares. Cuando las tensiones estallan, a menudo se dirigen hacia el personal más cercano, que no es responsable de la situación, pero que sí soporta las consecuencias", afirman desde el sindicato.

SATSE reconoce que la problemática es compleja y requiere un enfoque integral que aborde las diferentes causas que la originan.

Asimismo, el sindicato critica a las administraciones públicas, incluidas el Gobierno y las consejerías de Sanidad, así como a las empresas sanitarias privadas, por implementar únicamente soluciones temporales que resultan "parciales e insuficientes".

Un reciente informe del Ministerio de Sanidad revela que, en 2024, se han registrado un total de 16.558 agresiones a profesionales sanitarios, marcando un "récord" que supera las 14.749 denuncias del año anterior. Alarmantemente, el 78% de las víctimas son mujeres, y casi el 27% son enfermeras.

El sindicato también enfatiza que muchas de estas agresiones no se reportan, lo que hace aún más crucial que ninguna manifestación de violencia pase desapercibida. "La tolerancia cero es fundamental, independientemente de la situación. No debemos aceptar las agresiones como parte de nuestro trabajo", añaden.

Las enfermeras están particularmente expuestas a este problema, dado que su relación con los pacientes y sus familias es cercana y estrecha, a menudo extendiéndose más allá del entorno hospitalario hacia el hogar del paciente.

Según encuestas del sindicato, ocho de cada diez enfermeras han experimentado agresiones, ya sean verbales (amenazas, insultos, descalificaciones) o físicas (empujones, golpes, puñetazos).