"Viniegra señala a su amigo como responsable del disparo y sostiene su declaración: 'Me encontraba en el coche y me vi atrapado'."

El juicio por el asesinato en Viniegra, que ha captado la atención pública, ha mostrado giros sorprendentes en la declaración de J.S.A., quien ha eximido a su pareja del crimen, pero ha admitido que él tenía una deuda con la víctima. Según su testimonio, ella no tenía acceso a la verdadera magnitud de esa obligación, afirmando que su pareja le mentía sobre la cantidad adeudada.
El caso, que involucra a tres acusados por la muerte de un hombre de 45 años en agosto del año pasado, ha continuado su curso con el testimonio de J.S.A., quien aseguró que la noche fatídica, observó cómo I.Z.A., un amigo de la pareja, disparó a la víctima en la nuca. La acusada enfatizó que no había planeado nada y que su presencia en el lugar del crimen fue involuntaria.
En la sesión de este jueves, se llevaron a cabo las declaraciones de los tres imputados, quienes están acusados de un asesinato vinculado a deudas delictivas y de deshacerse del cadáver de la víctima arrojándolo a una sima de 56 metros de profundidad. La fiscalía ha solicitado una pena de 24 años para cada uno, además de otra sanción por tenencia ilegal de armas.
J.S.A. admitió que era consciente de que su pareja tenía deudas, aunque no podía determinar la cantidad exacta debido a sus constantes engaños. Según sus palabras, solo conocía a la víctima de unas pocas ocasiones y a menudo evitaba cualquier confrontación directa con él.
La acusada relató cómo, el 9 de agosto de 2022, se vio obligada a estar en el lugar del crimen. Afirmó que su pareja la recogió y la llevó a un cruce en Viniegra, asegurando que la decisión de ir allí no fue suya. Recordó que ella había intentado mantenerse al margen de la situación y que no fue testigo directo de la conversación entre los hombres antes del tiroteo.
En un momento crítico, J.S.A. narró que vio a la víctima agacharse y fue cuando escuchó el disparo. Ella reportó que el miedo la invadió por completo, y se cubrió el rostro, incapaz de observar más. Además, reafirmó que no tuvo contacto visual con el cuerpo después del tiroteo ni en ninguna otra etapa posterior del proceso delictivo.
El juicio ha sido complejo y ha estado marcado por contradicciones, especialmente en cuanto a comunicaciones previas al crimen. Aunque la fiscalía presentó audios en los que se discuten temas delicados, la acusada defendió que esas conversaciones no estaban relacionadas con el incidente en Viniegra. Además, surgen interrogantes sobre una serie de mensajes entre ella y su hermana el día del crimen, lo que ha añadido más tensión a su testimonio.
Después de escuchar a J.S.A., la defensa de I.Z.A. planteó serias dudas sobre la credibilidad de su relato, sugiriendo que pudo haber un plan más elaborado entre los acusados. En respuesta a estas acusaciones, la mujer insistió en su inocencia y subrayó que no tenía antecedentes legales hasta ese momento y que nunca estaba involucrada en actividades relacionadas con el tráfico de drogas.
Al revisar su relación con J.A.G., la acusada la describió como tumultuosa, caracterizada por altibajos y problemas derivados del consumo de drogas por parte de él. J.S.A. expresó lo difícil que fue para ella separarse de su pareja, incluso durante su encarcelamiento, y enfatizó que desconocía la gravedad de su implicación en actividades delictivas al comienzo de su relación.
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