En un trágico episodio ocurrido en enero de 2020 en Estella, el Juzgado de lo Penal número 2 de Pamplona ha dictado una sentencia que condena al conductor de un autobús a dos años y nueve meses de prisión tras un accidente que resultó en la muerte de dos niños pequeños. Estos menores viajaban en un vehículo junto a su madre, quien, lamentablemente, también sufrió lesiones graves en el incidente.

La sentencia, que es susceptible de ser apelada ante la Audiencia de Navarra, condena al procesado por dos delitos de imprudencia grave que causaron la muerte de los niños, así como por otros dos delitos que resultaron en lesiones a la madre. Como parte de la sanción, el conductor no podrá operar vehículos a motor durante un período de tres años y un día.

Los hechos se remontan al 19 de enero de 2020, cuando el imputado, empleado de la empresa La Estellesa, se encontraba al volante de un autobús en un recorrido que un día anterior había realizado sin problemas, aunque era la primera vez que conducía ese modelo específico. En torno a las 8 de la tarde, el autobús se detuvo brevemente en el apeadero de Ayegui y, al reanudar la marcha hacia Estella, accedió a la localidad a través de una rotonda donde se estipulaba un límite de velocidad de 40 km/h.

No obstante, el tribunal ha señalado en su fallo que el acusado decidió acelerar en lugar de desacelerar, lo que provocó que el autobús se descontrolara y se subiera a la acera, reventando una de sus ruedas delanteras. En este momento crítico, el conductor no utilizó el freno de mano ni ninguna otra técnica para frenar el vehículo, lo cual llevó a que el autobús chocara con una valla y un semáforo, reingresando peligrosamente a la vía, donde colisionó oblicuamente con el automóvil que se encontraba en el paso de peatones. La colisión fue devastadora, dejando el coche de la madre en condiciones desastrosas.

Como resultado inmediato del impacto, los dos niños ocupantes del asiento trasero perdieron la vida: la pequeña falleció en el acto y el niño falleció poco después en el Hospital de Estella, al que fue trasladado, mientras su madre tuvo que someterse a un tratamiento médico quirúrgico para tratar sus graves heridas.

Posteriormente, tras la colisión inicial, el autobús continuó su descontrol y provocó otro accidente al chocar contra varios vehículos y golpear la infraestructura de una gasolinera, dejando a su paso un reguero de daños materiales que ya han sido indemnizados por la aseguradora del autobús.

Entre las víctimas destaca una mujer que resultó con fracturas en la tibia y el peroné, lo que requirió de cuatro intervenciones quirúrgicas y un tiempo de recuperación de 516 días. Las secuelas de este accidente han impactado seriamente su capacidad para llevar a cabo su vida cotidiana y participar en actividades recreativas.

La compañía aseguradora ha cubierto casi todos los costes asociados a este lamentable accidente. Sin embargo, en el momento del juicio, aún mantenía un saldo pendiente de indemnización a los padres de los niños fallecidos como parte de un acuerdo establecido previamente.

Durante el juicio, realizado en abril de 2024, las partes acusadoras solicitaron una condena de tres años y nueve meses de prisión, mientras que la defensa abogó por la absolución del conductor. La jueza, en su fallo, subrayó que el acusado no mostró la debida atención al manejar un vehículo de transporte colectivo, cuyos riesgos son naturalmente mayores que los de un automóvil común.

Además, enfatizó que era su primer día conduciendo ese modelo en particular, lo que requería aún más atención y precaución, algo que claramente no se cumplió y que resultó en esta tragedia. Durante el juicio, los peritos de la Escuela de Tráfico de la Guardia Civil confirmaron que la aceleración inicial se debió a la acción deliberada del conductor y que el terreno inclinado contribuyó al aumento de velocidad, alcanzando hasta 61 km/h en el momento crítico del accidente.

La jueza remarcó que no hubo fallos en el sistema de frenos del autobús, lo que sugiere que había formas de controlar el vehículo, manifestando la convicción de que el conductor no supo cómo manejar la situación de emergencia que se presentó.