En una reciente operación llevada a cabo por la Guardia Civil de Navarra, se detuvo a cuatro individuos —dos hombres y dos mujeres, todos ellos entre 44 y 50 años— que residen en Calahorra, La Rioja. Estos ocupantes viajaban en un automóvil que contenía una considerable cantidad de cable de cobre, junto con herramientas utilizadas para su sustracción.

La intervención se produjo gracias a un operativo de vigilancia enfocado en delitos patrimoniales. Durante la noche, agentes del Puesto de Mendavia avistaron un vehículo sospechoso circulando por un camino rural en la zona conocida como 'El Cerrado'. A partir de este indicio, se inició el proceso de identificación de sus ocupantes.

Al inspeccionar el vehículo, los agentes encontraron 106 mangueras de cable de cobre, que pertenecían a líneas telefónicas y cuyo peso superaba los 100 kg, así como varias cizallas y una sierra. Las personas a bordo no pudieron justificar la procedencia legal de estos materiales, lo que llevó a la Guardia Civil a considerar su detención por un posible delito de hurto, iniciando las diligencias pertinentes que ya fueron enviadas a las autoridades judiciales correspondientes.

Un mes después de esta intervención, otro suceso similar tuvo lugar en la localidad de Sesma. En esta ocasión, agentes de la Guardia Civil interceptaron un vehículo que, conforme a las pistas visuales, transportaba otra cantidad significativa de cable de cobre y herramientas asociadas a su robo.

La detención fue desencadenada cuando una patrulla del Puesto de Los Arcos, parte de un dispositivo de seguridad en la carretera N-1110, notó que un automóvil tenía una suspensión trasera inusualmente baja, lo que les hizo sospechar de una posible carga excesiva. Al intentar detener al conductor mediante señales, este optó por acelerar, huyendo de la acción policial.

Tras un seguimiento que incluyó varias patrullas y se extendió por caminos rurales entre El Busto y Sesma, los agentes lograron finalmente detener el vehículo. Dentro, hallaron numerosos recortes de cable de cobre, que pesaban cerca de 200 kilogramos, además de herramientas como cizallas y alicates de presión, sin que el conductor —un hombre de 38 años— pudiera justificar la procedencia de los objetos.

Este individuo, hermano de dos de los detenidos en el primer incidente, también tenía antecedentes penales relacionados con delitos contra el patrimonio. Ante la falta de una explicación plausible sobre el material transportado, se procedió a la formulación de las diligencias que ahora reposan en la autoridad judicial competente.

La Guardia Civil de Navarra subraya la importancia de las acciones preventivas y las labores de vigilancia para combatir estos delitos, así como la necesidad de la colaboración ciudadana, llamando a reportar cualquier actividad sospechosa que pueda señalar la ocurrencia de actos delictivos.