Digitalización y nuevas tecnologías son "fundamentales" para combatir la escasez de agua, según ARAG-Asaja.

La organización agraria ARAG-ASAJA ha destacado la importancia de la digitalización y las nuevas tecnologías en el regadío moderno frente a la sequía en la agricultura española. Según datos del Ministerio de Agricultura, los cultivos de regadío aportan las dos terceras partes de la producción agrícola en España, cifra que adquiere especial relevancia en periodos de sequía prolongada.
En una encuesta realizada a más de 200 agricultores en diferentes municipios de La Rioja, el 87,2% cree que en el futuro se aplicarán nuevas tecnologías y se llegará a la agricultura de precisión. Sin embargo, la falta de formación y el alto costo de actualizar la flota de tractores y maquinaria son los principales obstáculos para su aplicación. Solo el 33% de los agricultores estaría dispuesto o muy dispuesto a superar estos obstáculos.
La disponibilidad de tecnología digital, relacionada con los conocimientos y la formación, es más negativa a mayor edad de los agricultores. Los agricultores con más formación suelen poseer una mayor tenencia de medios tecnológicos y una mayor creencia en el futuro de la digitalización del campo.
Entre los factores que impulsan o frenan la digitalización en la agricultura, destacan la falta de formación y el alto costo que implican las tecnologías que más inversión requieren, como el GPS, maquinaria con ordenador o riego automatizado. También hay pocos agricultores con un nivel medio o alto de digitalización.
Las fortalezas del sector incluyen la concienciación sobre la importancia de la digitalización en el futuro, el enorme potencial de la digitalización en las explotaciones, la infraestructura adaptada en algunos municipios que pueden servir de ejemplo-pruebas piloto para otros, y la concentración de proveedores para ofrecer y asesorar al agricultor sobre digitalización.
Entre las debilidades del sector están la gran grieta entre las explotaciones, el fuerte costo de inversión para actualizar la maquinaria, la fuerte reticencia al cambio y el escaso uso de programas de gestión empresarial. También existen problemas para hacer mapas de rendimientos en ciertos cultivos y cada software y fabricante tiene su sistema, lo que impide la compatibilidad e interacción entre ellos.
A pesar de que la digitalización de las explotaciones va a llegar, las amenazas incluyen un bajo margen de beneficios y la falta de asesoramiento y acompañamiento al agricultor. Es necesario un diagnóstico personalizado y formación y apoyo durante toda la campaña.
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