Investigación de UNIR revela que el cariño de los padres influye en la resiliencia de los jóvenes deportistas.

LOGROÑO, 17 de junio.
Recientes investigaciones revelan que un ambiente familiar amoroso y afectuoso se presenta como un factor clave para que los jóvenes deportistas desarrollen una mentalidad fuerte y respeto por los valores del deporte. Este hallazgo proviene de un estudio realizado por la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), que resalta la importancia de la crianza en la formación de la fortaleza mental y la deportividad entre los jóvenes atletas.
El estudio ha sido publicado en la prestigiosa revista Journal of Human Kinetics, reconocida en el ámbito de la fisioterapia y la rehabilitación deportiva.
Los investigadores, Marta Vega Díaz y Higinio González García, especialistas en psicología deportiva, plantearon un análisis sobre cómo las percepciones de los atletas respecto a los estilos de crianza de sus progenitores influencian cualidades vitales para el deporte: la fortaleza mental y la deportividad.
Para llevar a cabo la investigación, se recogieron datos de 201 adolescentes deportistas de España, cuyas edades oscilaron entre los 12 y los 18 años. Los participantes respondieron a cuestionarios que evaluaron sus percepciones sobre la aceptación parental, su fortaleza mental y su comportamiento deportivo.
Según el Dr. González-García, “la fortaleza mental es fundamental para los deportistas, ya que implica la habilidad para lidiar con la presión, conservar la concentración y mantener la autoconfianza". Agrega que "la deportividad, que encarna un principio ético esencial, se evidencia cuando los atletas cumplen con las reglas y honran a sus contrincantes. Buscamos entender de qué manera el entorno familiar, el primer agente socializador, da forma a estas capacidades en los jóvenes que practican deportes”.
Los resultados del estudio confirmaron la hipótesis inicial: el amor y la calidez de ambos padres se correlacionan de manera positiva con la fortaleza mental en los jóvenes atletas.
La investigación sugiere que cuando los padres demuestran amor y apoyo constante, sus hijos tienden a lograr más, manejar mejor el estrés y utilizar sus emociones de forma constructiva, además de perseverar en sus objetivos.
Así, el respaldo emocional y afectivo de los progenitores se convierte en el pilar que nutre características propias de un atleta con fortaleza mental, ayudándoles a superar retos y abrazar desafíos como oportunidades de crecimiento.
Vega Díaz enfatiza que “los hallazgos resaltan la necesidad de un entorno familiar que brinde apoyo. Cuando los jóvenes se sienten valorados y queridos en su hogar, tienen mayores probabilidades de cultivar la confianza y la resiliencia necesarias para sobresalir en su deporte y enfrentar las exigencias del alto rendimiento”.
Una de las revelaciones más intrigantes del estudio se relaciona con los estilos de crianza y la deportividad, especialmente en cuanto al cumplimiento de las reglas del juego.
Contrario a lo que la literatura previa suele sugerir, que vincula estilos parentales disfuncionales con actitudes poco éticas, este estudio encontró que la agresividad o violencia paterna y la indiferencia de los mismos pueden tener una relación positiva con la práctica del fair play.
El Dr. González-García comenta: “Pensábamos que la hostilidad o negligencia parental tendrían un efecto negativo en valores como el juego limpio. Este descubrimiento sugiere que la realidad es más compleja de lo que pensamos y que en ciertos contextos, una disciplina estricta de un padre percibido como duro, o la necesidad de seguir reglas sin un guía que ofrezca calidez, puede llevar a los jóvenes a adherirse a ellas firmemente, aunque las motivaciones sean distintas a las que surgen de un respeto genuino”.
A pesar de la complejidad en torno a la interpretación de la deportividad, el estudio concluye que la influencia parentales en el desarrollo integral de los jóvenes deportistas es innegable. La manera en que los padres se relacionan y educan a sus hijos impacta de forma directa en su bienestar psicológico y sus principios éticos en el deporte.
La doctora Vega-Díaz afirma que “estos resultados señalan que para crear programas de intervención eficaces, es crucial incluir la figura del padre y la madre. Si logramos capacitar y apoyar a los progenitores para que adopten estilos de crianza amorosos, estaremos cimentando las bases para que los atletas no solo compitan con fortaleza mental, sino que también lo hagan respetando los valores éticos que dignifican el deporte”.
Este trabajo de investigación abre una puerta a nuevas ideas para el desarrollo de programas integrales en el ámbito deportivo juvenil, que no solo se enfoquen en habilidades técnicas y físicas, sino que también fortalezcan el aspecto psicológico y ético de los atletas mediante el acompañamiento y la educación de sus padres.
Los resultados son un llamado a la acción para federaciones deportivas, clubes, entrenadores, y sobre todo, para los padres, reconociendo la poderosa influencia que tienen en el camino de sus hijos hacia el éxito, tanto en el deporte como en la vida personal.
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