24h La Rioja.

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"Mujeres de cuerpos diversos enfrentan agresiones verbales en el ámbito médico y educativo"

Un reciente estudio realizado por la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) revela una preocupante tendencia: las jóvenes enfrentan diariamente comentarios despectivos sobre sus cuerpos.

La investigadora María Calado, encargada de la investigación titulada 'Mujeres jóvenes y trastornos de conducta alimentaria', destacó que aquellas mujeres que no se ajustan al Índice de Masa Corporal (IMC) considerado "normal" son víctimas de comentarios extremadamente violentos en contextos que deberían ser de apoyo, como en el ámbito médico y educativo.

Este estudio, que incluyó a más de 660 mujeres de entre dieciocho y treinta años diagnosticadas con trastornos de la conducta alimentaria, evidenció que estos comentarios dañinos son parte de la experiencia cotidiana de muchas jóvenes. Cabe mencionar que las mujeres representan el noventa por ciento de los casos en este tipo de trastornos.

Calado subrayó que esta problemática no solo está ligada a los estereotipos de género, sino que también se ha visto alimentada por representaciones distorsionadas de los cuerpos femeninos en redes sociales, donde la cosificación es cada vez más evidente.

En su análisis, Calado explicó que muchas jóvenes se enfrentan a dietas recomendadas por médicos incluso cuando su salud no presenta problemas, y muchas veces todo se reduce a un IMC que no se ajusta a la norma convencional.

Este enfoque, que ignora la diversidad de los cuerpos y las realidades individuales, es motivo de preocupación. "En muchos consultorios se prioriza la evaluación del peso, dejando de lado factores como la alimentación o la estructura genética del cuerpo femenino", comentó.

La investigadora manifestó que existe un consenso creciente en la comunidad científica que desaconseja el uso del IMC como indicador único de salud, sugiriendo que los protocolos médicos deben actualizarse urgentemente.

Calado también reflexionó sobre la categorización de la obesidad como una enfermedad basada en parámetros físicos, argumentando que esta perspectiva contradice las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, que aboga por considerar la salud desde una visión holística e integrada de factores diversos.

Hoy en día, las jóvenes viven situaciones de estigmatización y violencia en entornos que deberían ser seguros, como las escuelas y centros de salud.

Un ejemplo de esta estigmatización son las campañas de prevención de la obesidad, que atacan a chicas que, por su constitución biológica, tienen cuerpos más grandes, culpabilizándolas erróneamente por su aspecto físico, sin reconocer el fuerte componente biológico que influye en el peso corporal.

A pesar de una creciente conciencia sobre la importancia de la diversidad corporal, la representación de mujeres de tallas grandes en medios de comunicación permanece limitada y estereotipada, mostrando personajes que caen en clichés dañinos.

Esto se refleja en la moda y la publicidad, donde las prendas deportivas para mujeres suelen ser más ajustadas, mientras que los hombres tienen opciones más amplias y cómodas, perpetuando así un tratamiento desigual que va en contra del ideal de una sociedad equitativa.

Calado también destacó la reciente campaña del Ministerio de Sanidad sobre la menopausia, describiéndola como "maravillosa" por representar una sororidad auténtica y diversidad corporal.

La investigadora valora positivamente estos esfuerzos comunicativos que abordan problemas de salud que históricamente han sido ignorados en el discurso público, afirmando que es esencial seguir avanzando en este camino.

Calado argumentó que uno de los mayores retos para la salud de las mujeres es la invisibilidad de sus trastornos, que a menudo son percibidos como experiencias individuales. "Cuando comenzamos a hablar de nuestros problemas, como la insatisfacción con nuestros cuerpos, nos damos cuenta de que se trata de un fenómeno social de considerable importancia", concluyó.

Su colaboración con diversas profesionales en el ámbito de la psicología, servicios sociales y la educación refleja la urgencia de abordar la cosificación de las mujeres desde una edad temprana en entornos educativos, enfatizando la necesidad de fomentar una visión inclusiva y respetuosa hacia todos los cuerpos.