
El desarrollo del sector agrícola en La Rioja se encuentra en un punto crucial, gracias a un esfuerzo colaborativo entre las autoridades agrícolas y las comunidades de regantes. Recientemente, la Consejería de Agricultura, Ganadería, Mundo Rural y Medio Ambiente llevó a cabo una jornada informativa en Logroño, destinada a presentar un diagnóstico sobre la situación del regadío en la región y discutir los desafíos y oportunidades que se avecinan.
El diagnóstico forma parte de la primera fase del Plan de Regadíos de La Rioja, un proyecto en el que se han involucrado tanto la empresa Tragsatec como las propias comunidades de regantes, con el objetivo de actualizar y enriquecer la información sobre los regadíos, así como identificar sus problemas y necesidades específicas.
La consejera Noemí Manzanos, al abrir el encuentro, enfatizó la necesidad de una planificación estratégica para mejorar la gestión del agua en la agricultura. Resaltó que el actual Plan Hidrológico de Cuenca no ha considerado adecuadamente las infraestructuras que los regantes han solicitado y que es esencial crear un documento que recopile estas necesidades para entregarlo a la Confederación Hidrográfica del Ebro.
La modernización de los sistemas de riego en La Rioja es fundamental, no solo para ahorrar agua, sino también para garantizar la rentabilidad de las producciones agrícolas en un contexto de creciente cambio climático. Manzanos hizo un llamado claro a desarrollar nuevos regadíos de manera eficiente, basada en un análisis riguroso de las necesidades de los cultivos.
El Plan de Regadíos contempla dividir a La Rioja en siete zonas designadas para un enfoque más específico: Ebro medio Alto, Oja-Tirón, Najerilla, Iregua, Leza-Jubera, Valle de Ocón, Cidacos y Alhama-Linares. Cada zona ha sido caracterizada para determinar sus recursos hídricos, tipos de cultivos y las problemáticas particulares que enfrenta.
Según las cifras presentadas, más del 30% de la superficie agrícola de La Rioja se encuentra actualmente bajo riego, con 20,000 hectáreas modernizadas y 15,000 más en proceso de mejora. Sin embargo, existe una clara disparidad entre regiones, ya que las áreas de La Rioja Baja y Media presentan un menor avance en modernización en comparación con La Rioja Alta, donde se han realizado más proyectos de mejora.
Mirando hacia el futuro, el estudio revela que el 80% de las comunidades de regantes que aún no han modernizado sus sistemas consideran que este proceso es esencial para su viabilidad, y más del 90% reconocen la importancia de llevarlo a cabo.
En la jornada, además, se presentó un plan de prevención frente a la sequía, diseñado para equipar a las comunidades de regantes con estrategias sostenibles y efectivas en momentos de escasez de agua. Manzanos subrayó la importancia de la proactividad, invitando a los regantes a seleccionar las medidas que mejor se adapten a sus necesidades y a aprobarlas en sus juntas rectoras.
El evento tuvo lugar en la Finca de La Grajera y contó con la participación de cerca de 90 personas, incluyendo representantes de diversas comunidades de regantes que intercambiaron ideas sobre la modernización y ampliación del riego, temas de vital relevancia para el futuro de la agricultura en La Rioja. Las intervenciones incluyeron a líderes de comunidades agrícolas locales, quienes aportaron sus perspectivas sobre las oportunidades y desafíos que enfrentan.
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