LOGROÑO, 11 de julio.
La ciudad de Logroño ha rendido homenaje a Miguel Ángel Blanco en el marco del 28º aniversario de su trágico asesinato por parte de la organización terrorista ETA. Este evento conmemorativo incluyó un emotivo minuto de silencio y la colocación de flores en honor al concejal de Ermua, recordando la importancia de preservar la memoria de las víctimas y de educar a las nuevas generaciones sobre esta dolorosa etapa de la historia española.
La ceremonia, organizada por el Ayuntamiento de Logroño, tuvo lugar en el monumento dedicado a las Víctimas de ETA. A la cita asistieron diversas personalidades, entre ellas, la presidenta del Parlamento, Marta Fernández; la delegada del Gobierno en La Rioja, Beatriz Arraiz; el alcalde de Logroño, Conrado Escobar; y otros miembros destacados de la política local y regional, mostrando un frente unido en la memoria de los que padecieron la violencia.
Durante el acto, la concejal Leonor González Menorca leyó un manifiesto que reflejó el dolor colectivo y la respuesta social ante la atrocidad que cometió ETA. La concejal destacó que la memoria colectiva no solo revive el sufrimiento de aquellos días de julio de 1997, cuando un joven de 29 años fue secuestrado y asesinado por su compromiso con la libertad y la cohesión del pluralismo político. Según sus palabras, la violencia de ETA se opuso diametralmente a esos principios, representando la exclusión y el odio.
Los asistentes con recuerdos de esos tiempos revivieron la angustia y la rabia que acompañaron aquellos días, marcados por la incertidumbre y el sufrimiento ante un crimen que tuvo profundas repercusiones en la sociedad española. La concejal recordó las 48 horas que Miguel Ángel Blanco pasó en cautiverio como un tiempo de amenazas que intentó someter al Estado y a la ciudadanía, haciendo eco de la unidad de la sociedad que se resistió y que se levantó en defensa de sus derechos.
González Menorca reafirmó que no podemos olvidar la maldad de los asesinos ni la pureza de la víctima, que se ha convertido en un símbolo para las innumerables personas que han sufrido a lo largo de más de cinco décadas a causa del terrorismo. Resaltó que la lucha de la sociedad civil ha sido fundamental para mantener viva la memoria y la dignidad de las víctimas.
La concejal instó a construir una sociedad donde la conciencia y el compromiso democrático prevalezcan, rechazando la banalización del terrorismo y los discursos que intentan legitimar la violencia. Resaltó la responsabilidad de transmitir la memoria a las generaciones venideras, quienes tienen el derecho a conocer completamente esta dolorosa parte de su historia.
En sus reflexiones, destacó cómo Miguel Ángel se ha transformado en un emblema de la unidad y la convivencia en España, recordando que aunque ETA ha dejado de operar, su legado ideológico sigue presente a través de formaciones políticas que continúan con su discurso de exclusión.
Por último, González Menorca lamentó que los allegados de ETA ostenten ahora mayor poder político y que esto representa una anomalia democrática que vuelve a revictimizar a quienes sufrieron el terrorismo. Reiteró su llamada a la unidad y a la firmeza en la defensa del estado de derecho.
A continuación, el alcalde de Logroño, Conrado Escobar, tomó la palabra, subrayando la importancia del "Espíritu de Ermua" en las instituciones y la responsabilidad colectiva de mantener viva su memoria en busca de justicia, libertad y dignidad.
Escobar enfatizó que la muerte de Miguel Ángel Blanco no solo fue un evento trágico, sino también el comienzo de una etapa democrática renovada y una legitimación de la convivencia pacífica entre los españoles, enfocándose en erradicar la violencia de una vez por todas.
Para concluir, el alcalde instó a la ciudadanía a evitar la desmemoria y a luchar contra la indiferencia, recordando que es fundamental reconocer el pasado para poder construir un futuro sólido y libre de violencia.
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